Citología de moco nasal

Citología de moco nasal
La citología de moco nasal es una herramienta útil en el campo de la rinoalergología, sin embargo, es una prueba infravalorada y muchas veces no solicitada para realizar un correcto diagnóstico de la afección nasal. Trascendentalmente la prueba solo se ha utilizado para la evaluación de rinitis alérgica, pero en años recientes se han descrito otro tipo de causas de una rinitis, como las de tipo infeccioso y las vasomotoras no alérgicas o celulares
Anatomía y fisiología nasal
La nariz es la vía de entrada del aparato respiratorio. Cumple funciones como humidificación, calentamiento y filtración del aire inspirado, además de percibir y distinguir los olores y ser una caja de resonancia para la voz.
Está compuesta por dos cavidades separadas por una estructura osteocartilaginoso denominada tabique nasal. Se pueden distinguir dos regiones, las ventanas nasales externas en dónde se ubica el vestíbulo nasal y la parte interna de la nariz denominada cavidad nasal, esta última se encuentra separada de la nasofaringe por los coanas o narinas internas. En la parte interna de la nariz existen unas proyecciones de hueso compacto a manera de escaleras denominadas cornetes los cuales son inferior, medio y superior, en este último se encuentra el epitelio olfatorio. Existe distinta distribución de epitelios en la nariz, en el caso del vestíbulo nasal se encuentra un epitelio escamoso estratificado queratinizado, en la cavidad nasal se encuentra un epitelio cilíndrico pseudoestratificado conocido como epitelio respiratorio.

Recolección de la muestra
Existen distintos métodos para recolectar células del epitelio, entre las que se encuentran técnicas de obtención por medio de curetas, cepillos nasales y lavados. Si embargo, la más común es por medio de un hisopo estéril humedecido con solución salina al 0.85%. La toma de la muestra se debe realizar a la altura del cornete inferior girando para recolectar la muestra. Es importante que antes de la toma se debe de limpiar la nariz para retirar presencia de moco.
Preparación de frotis y lectura
Una vez realizada la toma, se extiende en un portaobjetos limpio tratando de no esparcir mucho para evitar perdida de células, se deja secar y se fija con metanol. Las tinciones que son adecuadas para la citología nasal es la de Giemsa o May Grunwald-Giemsa, no se recomienda la tinción de Wright porque no se tiñen los cilios. Una vez teñido se deben leer mínimo 50 campos en objetivo de inmersión, algunos autores mencionas que una buena recolección de muestra debe tener mínimo 200 células y debe contener epitelio cilíndrico ciliado, en caso de contener exclusivamente células escamosas la toma de muestra fue incorrecta.

RINOPATÍAS
Rinitis infecciosa
Cualquier agente lesivo que afecte al epitelio respiratorio ocasionara el aumento de las células caliciformes reemplazando a las ciliadas, esto conlleva a una mayor producción de moco con la consecuencia de que este se acumula, ya que no existen suficientes células ciliadas para movilizarlo. Esta condición puede favorecer la instalación o proliferación de microorganismos. Los pacientes presentan síntomas como congestión nasal, secreción nasal mucopurulenta, dolor de cabeza frontal, trastornos olfativos, drenaje postnasal y tos. En la citología nasal se pueden observar un aumento de células caliciformes, neutrófilos y el microorganismo causante de la rinitis (bacterias o levaduras).
Rinitis alérgica
El ser humano se encuentra interaccionando con una gran cantidad de antígenos que de forma normal el sistema inmune no reacciona ya que son inocuos, pero por factores biológicos y genéticos el organismo puede desarrollar respuesta inmune contra ellos. Existen dos fases en las alergias, en la primera que es la de sensibilización, el antígeno es fagocitado y procesado por los macrófagos los cuales lo presentan a los linfocitos Th2 y estos últimos activan a los linfocitos B para que se diferencien a células plasmáticas productoras de IgE. La segunda fase es la efectora, en dónde la síntesis de anticuerpos es más rápida y además en la fase anterior los mastocitos y basófilos fueron sensibilizados uniéndose IgE a sus receptores, de esta forma estas células pueden reaccionar de forma inmediata cuándo interaccionan con el alergeno. La fase efectora se divide en dos partes, la temprana que es mediada principalmente por la histamina y la tardía en dónde existe un gran infiltrado de células inmunes como eosinófilos, basófilos, neutrófilos y linfocitos, por lo tanto, estas células se encuentran en la citología nasal de pacientes con rinitis alérgica. Existe una variación en la citología en una alergia de tipo perenne, en dónde la exposición al antígeno tiende a la cronicidad y en la citología se puede observar un aumento principalmente de neutrófilos con eosinófilos y mastocitos.
Rinitis vasomotora no alérgica o celular
Este tipo de padecimiento es poco estudiado, porque su presencia pasa desapercibida o se confunde con una rinitis alérgica, presentan los mismos síntomas, pero no existe sensibilización de IgE. Este padecimiento se asocia a irritantes de la mucosa nasal como puede ser el aire frio, cloro o el humo de cigarro, estos agentes ocasionan el reclutamiento de células del sistema inmune que desencadenan los síntomas. Estos pacientes presentan sintomatología crónica, pero los niveles de IgE se encuentran normales. Existen distintos tipos de rinitis según la célula que se presente en la citología:
- Rinitis no alérgica con eosinófilos.
- Rinitis no alérgica con neutrófilos.
- Rinitis no alérgica con mastocitos.
- Rinitis no alérgica con eosinófilos y mastocitos.
Rinitis superpuesta
Pueden existir superposición de las rinitis, existiendo una rinitis alérgica acompañada de una rinitis no alérgica, aunque el paciente se trate la causa alérgica seguirán los síntomas por la existencia de la otra enfermedad.
Bibliografía consultada
Dimauro, G. et al. (2019) ‘Nasal cytology with deep learning techniques’, International Journal of Medical Informatics. Elsevier, 122(November 2018), pp. 13–19.
Gelardi, M. et al. (2016) ‘NASAL cytology: Practical aspects and clinical relevance’, Clinical and Experimental Allergy, 46(6), pp. 785–792.
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